No hay duda de que Petro necesita un candidato bisagra que le abra las puertas a un frente amplio que facilite en segunda vuelta que existan muchos colombianos, no necesariamente militantes del Pacto Histórico, que no teman votar por el candidato petrista. Si es que lo hay.
Así ganó Gustavo Petro. Muchos se comieron el cuento de que como presidente gobernaría con ese frente amplio que cultivó durante los primeros meses, pero que él mismo se encargó de desbaratar.
Un ‘purasangre’ del petrismo que consistentemente viene registrando muy alto en las encuestas es Gustavo Bolívar. Pero parecería ser que es el propio Petro el que no lo cree una carta ganadora. ¿Será por el antecedente de su derrota a la alcaldía de Bogotá? Claro que quienes conocen bien la personalidad de nuestro presidente aseguran que Petro, en su vida, ha trabajado por nadie. (Ni siquiera por nosotros). No es claro, entonces, que esté dispuesto a hacerlo por Bolívar y le ponga los votos que sean endosables del Pacto Histórico.
Y hasta se ven distanciados. Según parece, Bolívar ya entregó su renuncia a Prosperidad Social, pero una fuente me dice que Petro se le perdió. Y que sentido, Bolívar no apareció en la fiesta del 1.º de Mayo en la plaza de Bolívar, pagada por el Gobierno. A los representantes de la minga que se trasladaron a Bogotá (15.000 de ellos alojados en la Nacional, más los que se quedaron negociando otra tajada) les han entregado en 32 meses de gobierno, según EL TIEMPO, contratos públicos por más de 405.000 millones de pesos. Oficialmente se dice que los contratos o acuerdos tienen por objeto, en parte, “fortalecer los procesos de la Mesa Permanente de Concertación”; y, extraoficialmente, que esos dineros cubren los gastos de acompañar a Petro cada vez que él saca a “su pueblo” a la calle.
La posibilidad que mataría la candidatura de Bolívar es que Petro tuviera puestos los ojos en un candidato bisagra del petrosantismo, pero el expresidente Santos, deliberadamente, lo desbarató. Acusó al actual gobierno de haber fortalecido a los grupos armados ilegales y de organizar a las disidencias de las Farc. Aseguró Santos que con los helicópteros del Estado fueron recogiendo a las disidencias, a las que les dieron el reconocimiento de Estado Mayor Conjunto de las Farc. “Se metieron a negociar con 14 grupos al mismo tiempo sin tener la más mínima idea sobre hacia dónde podrían ir. (…) Y miren los resultados”. ¿Pero si en este gobierno han tenido adentro a dos hombres tan cercanos a Santos, como Roy Barreras y Cristo, bastante protagonistas en el proceso con las Farc, por qué no le ayudaron a Petro a buscar el rumbo de su paz total?
Muchos se comieron el cuento de que como presidente gobernaría con ese frente amplio que cultivó durante los primeros meses, pero que él mismo se encargó de desbaratar
Pregunta interesante, pero hay otra. Por ningún motivo al nobel le conviene que las terribles cifras de violencia que está marcando el país puedan servir de prueba de que su proceso de paz quedó chueco. Luego si Santos resolvió quemar las naves de su cercanía con este gobierno, ¿será que Roy y Cristo insistirán en sus respectivas candidaturas presidenciales a pesar del distanciamiento de Santos del gobierno Petro?
Ambos habrían servido de bisagra; su trabajo con este gobierno, pero sus orígenes en distinta cuna política, les habría permitido ser candidatos de un frente más amplio que el del Pacto Histórico. El problema es que hoy ninguno de los dos tiene un voto y no se ve muy probable que lo tengan en un corto plazo.
Otra opción que viene sonando para el petrismo es la del gobernador de Boyacá, Carlos Amaya. No lo conoce casi nadie fuera de su departamento. Pero es manzanillo eficaz y ha dicho en todas las formas que será tan independiente como sea posible, luego podría acercarse al centro por el ladito.
Una candidata con buena opción que le habría servido a Petro es Claudia López. Pero ya esa posibilidad no existe, luego de que el Presidente la acusó de haberlo traicionado siete veces. Y los que sí tienen votos, como Fajardo y Juan Manuel Galán, no quieren tener nada que ver con el petrismo.
Por los lados de la derecha, sigue marcando muy bien en las encuestas Vicky Dávila. No es cierto, por ahora, que el expresidente Uribe esté planeando deliberadamente apoyarla. Su lealtad está con su partido. Lo que pasa es que a Vicky la aprecia mucho y si ninguno de los del Centro Democrático arranca a marcar fuerte, sí es posible que, por ley de gravedad, Vicky termine siendo la candidata del uribismo.
Sin el petrosantismo, que indudablemente lo hubo, a Petro se le complica el caminado político. Por lo pronto, le tocará irse con uno de los del Pacto Histórico. Pero sin alianzas, es muy difícil que el ungido lo logre.
Entretanto… El presidente Petro se ve más afanado por mostrar la marca de su “relog” que por los miembros de nuestra Fuerza Pública, que vienen siendo asesinados con actos terroristas y ‘planes pistola’.
MARÍA ISABEL RUEDA