Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como usuario registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Explicativo
Síndrome de Fortunata: qué dice la psicología sobre aquellos que se enamoran de personas casadas o con pareja
● Describe un patrón emocional caracterizado por la atracción hacia personas comprometidas.
● Psicoanalistas indican que el rol de amante no es casual, sino que muchas veces responde a patrones inconsciente.
A estas personas les gusta permanecer en el rol de amante. Foto: iStock
“Tu marido es mío y te lo tengo que quitar… Pinturera… santurrona… ya te diré yo si eres ángel o lo que eres… Tu marido es mío; me lo has robado… como se puede robar un pañuelo. Dios es testigo, y si no, pregúntale… Ahora mismo lo sueltas o verás, verás quién soy…”, dice un fragmento de la emblemática novela 'Fortunata y Jacinta' de Benito Pérez Galdós.
En la historia, Fortunata se enamora de Juan Santa Cruz, un hombre casado, y ambos inician un vínculo clandestino, sin que Jacinta —la esposa— lo sepa. Con el tiempo, Fortunata se casa con otro hombre, pero la relación secreta con Juan continúa. Su deseo es que él deje a Jacinta, y llega a convencerse de que él debería ser su esposo legítimo.
¿Qué es el síndrome de Fortunata?
A partir de este relato nace lo que la psicología llama 'síndrome de Fortunata': un patrón emocional que afecta tanto a hombres como a mujeres, y que se caracteriza por desarrollar vínculos de dependencia afectiva con personas que ya tienen pareja, están comprometidas o casadas.
“Fortunata no solo ama a un hombre casado, sostiene una espera y una ilusión romántica en paralelo a su invisibilización“, explica Victoria Almiroty, licenciada en Psicología. La clave no está solo en el triángulo amoroso, sino en la lógica psíquica que lo sostiene: amar desde la carencia, desde el margen.
Crean vínculos de dependencia afectiva. Foto:iStock
Para Almiroty, una de las razones por las que alguien permanece en el rol de amante está ligada al deseo de habitar un lugar marginal. “El amante es deseo puro, sin logística, sin rutina. Pero es una imagen: lo que se idealiza no es la persona, sino el espacio que representa“, señala.
Desde la mirada clínica, más que amor, este tipo de vínculos suelen buscar validación, reconocimiento o una ilusión de exclusividad simbólica. Almiroty destaca una diferencia importante: “Gabor Maté nos recuerda que no repetimos lo que fue placentero, sino lo que fue familiar. Y, a veces, eso familiar es el lugar del segundo plano”.
Les gusta permanecer en un segundo plano. Foto:iStock
Estos son algunos de los patrones frecuentes en personas que se vinculan con parejas no disponibles:
1. Vínculos familiares disfuncionales
Sigmund Freud hablaba de “repetir en lugar de recordar”, una frase que Almiroty retoma para explicar cómo algunas personas reviven sin saberlo experiencias infantiles traumáticas o de amor inconstante. Así, el amor que no está del todo presente puede representar a figuras como una madre absorbida o un padre ausente.
Carina Mitrani, psicóloga y especialista en Ensueño Dirigido y EMDR, complementa: “Esta persona empieza a repetir el patrón de la infancia en la que no se sintió amada, ya sea por su madre o su padre”. También menciona casos donde uno de los progenitores impidió el vínculo con el otro, generando una imagen de amor idealizado pero inalcanzable.
Crean imágenes de amor idealizado. Foto:Istock
2. Autoimagen deteriorada
“Sentirse merecedor de un lugar pleno en el deseo del otro es lo que marca una autoestima real”, sostiene Almiroty. Si alguien siente que tiene que competir o esperar para ser elegido, está atrapado en el deseo del otro, no en el propio.
Mitrani agrega que quienes adoptan el rol de amante buscan validación constante, como si estuvieran ensayando su valor personal. “Aceptan quedar en las sombras, sin que los presenten en sociedad, porque no se creen dignos de algo mejor”.
Almiroty afirma que muchas veces el amante siente que tiene el poder, que maneja los tiempos y que es quien realmente es amado, mientras la pareja oficial “vive engañada”. Pero se trata de una fantasía que refuerza la idea de que algún día esa persona elegirá a la amante.
El amante siente que tiene el poder. Foto:iStock
4. Competencia emocional
Desde la infancia puede arrastrarse la necesidad de ganarse el afecto de una figura distante, como un padre o madre inaccesible. “Muchas veces no se desea al otro en sí, sino ganarle a alguien más", explica Almiroty. La motivación está más en la competencia que en el vínculo real.
5. Victimización
Según Mitrani, hay un goce inconsciente en adoptar el rol de víctima. “Está estudiado que el papel de víctima y la actitud de quejarse producen y se segregan endorfinas”, dice. Aunque desde fuera parezca que esa persona sufre, en lo profundo hay un placer oculto en mantenerse en ese rol, aunque moleste a quienes la rodean.
Ambas especialistas coinciden en que lo prohibido estimula los neurotransmisores del deseo. “El deseo es el deseo del otro y si el otro ya está tomado, más deseable se vuelve”, una idea central del psicoanálisis de Jacques Lacan.
Es una atracción por lo prohibido. Foto:iStock
¿Se puede romper este patrón?
Las profesionales coinciden en que el primer paso no es juzgar, sino preguntarse qué necesidad está en juego. “No se trata de decir ‘esto está mal’, sino de indagar en lo que se busca allí”, plantea Almiroty. El psicoanálisis puede ayudar a reconocer la repetición, poner en palabras el goce oculto y abrir la posibilidad de elegir desde otro lugar. “Hacer consciente la estructura es el primer paso para correrse de ella”, enfatiza.
Mitrani, por su parte, cree que solo cuando se toca fondo es posible comenzar a salir. “Hay que pasar por la noche oscura del alma para que este individuo se conecte con su verdadero sufrimiento y decida pedir ayuda”. La herramienta que ella recomienda es la Terapia de Ensueño Dirigido, que permite acceder a los patrones inconscientes relacionados con el desamor y la victimización.
La Nación (Argentina) / GDA.
El poliamor está en el aire: América Latina flirtea con las relaciones no monógamas
*Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información de la Nación (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.