La capital colombiana fue escenario de un preocupante episodio de intolerancia vial cuando, en la mañana del 4 de mayo de 2025, un conductor particular desenfundó un arma traumática y disparó contra un bus del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP).
El hecho, que ocurrió en una transitada vía de Bogotá, ha generado alarma entre la ciudadanía y ha reavivado el debate sobre la seguridad y la convivencia en las calles de la ciudad.
Según los primeros reportes, el incidente se desató tras una discusión entre el conductor de un vehículo particular y el operador de un bus del SITP.
Testigos relataron que el conflicto inició por una maniobra en la vía que, aparentemente, generó molestia en el automovilista. La situación rápidamente se tornó tensa, y el conductor particular, en un acto de furia, sacó un arma traumática y disparó en repetidas ocasiones contra el bus de transporte público.
Afortunadamente, los disparos no causaron heridos entre los pasajeros ni el conductor del bus. Sin embargo, el impacto psicológico en quienes presenciaron el hecho fue considerable. Muchos pasajeros, según testimonios recogidos en el lugar, entraron en pánico y temieron por su integridad física.
El conductor del SITP, por su parte, logró mantener el control del vehículo y detenerse en un lugar seguro para evitar mayores riesgos.
Tras el ataque, el responsable intentó huir del lugar, pero la rápida reacción de la Policía Metropolitana de Bogotá permitió su captura a pocas cuadras del sitio del incidente. Los uniformados incautaron el arma traumática utilizada en el ataque y trasladaron al individuo a una estación de policía, donde quedó a disposición de la Fiscalía para responder por los hechos.
Las autoridades señalaron que este tipo de armas, aunque no letales en la mayoría de los casos, pueden causar lesiones graves y están reguladas por la ley. El uso de armas traumáticas en altercados viales es una conducta que preocupa a las autoridades, quienes han advertido sobre el aumento de estos episodios en la ciudad.
El incidente no es un caso aislado. En los últimos meses, Bogotá ha registrado varios episodios de violencia e intolerancia en las vías, muchos de los cuales han tenido consecuencias fatales. Apenas días antes, en el sector de La Aurora, al sur de la ciudad, un taxista perdió la vida tras una discusión con un conductor del SITP. En ese caso, el taxista descendió de su vehículo para confrontar al operador del bus y, en medio del altercado, fue atropellado por otro bus, falleciendo en el lugar.
Estos hechos han puesto en evidencia la creciente tensión entre los diferentes actores viales en la capital, especialmente en momentos de alta congestión y estrés. Las autoridades de tránsito han reiterado el llamado a la ciudadanía para mantener la calma y resolver los conflictos mediante el diálogo, evitando cualquier tipo de confrontación que pueda derivar en tragedias.
Impacto en la movilidad y percepción ciudadana
La violencia en las vías no solo afecta la seguridad de los conductores y pasajeros, sino que también tiene un impacto directo en la movilidad de la ciudad. Incidentes como el ocurrido el 4 de mayo generan retrasos en las rutas de transporte público, desvíos y congestión vehicular, complicando aún más la ya difícil situación del tráfico en Bogotá.
Por otro lado, la percepción de inseguridad se incrementa entre los usuarios del transporte público, quienes temen verse involucrados en situaciones similares. Organizaciones de defensa de los derechos de los pasajeros han exigido mayores controles y campañas de sensibilización para fomentar la tolerancia y el respeto en las vías.
Tras el incidente, la Secretaría de Movilidad y la Policía Metropolitana de Bogotá anunciaron el fortalecimiento de los operativos de control y la intensificación de campañas pedagógicas dirigidas a conductores y peatones. El objetivo es reducir los niveles de violencia y promover una cultura de respeto y convivencia en las calles de la ciudad.
Las autoridades recordaron que la intolerancia vial puede tener consecuencias irreparables y que el uso de la violencia nunca es la solución. Asimismo, insistieron en la importancia de denunciar cualquier acto de agresión o amenaza en las vías, para que los responsables sean sancionados conforme a la ley.
Laura Valeria López Guzmán
En X y en Ig: @Lauravalerialo
Redacción Bogotá
EL TIEMPO
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