La idea de que Bogotá tenga sus luces, comercios y transporte disponible todo el día y la noche es un viejo anhelo de administraciones distritales desde hace 20 años. Sin embargo, durante ese tiempo no ha tenido éxito, según expertos, por distintos factores, como políticos, seguridad e infraestructura.
“Bogotá Productiva 24 Horas es solamente una idea sin objetivos claros, ni metas, con indicadores y ningún diseño institucional”, dijo Mario Noriega, arquitecto y miembro del Comité Asesor de Temas Urbanos del Foro Económico Mundial.
Aunque la estrategia ha estado en la mente de los alcaldes, no fue hasta la última administración de Enrique Peñalosa (2016-2019) cuando se realizó la propuesta de Bogotá Productiva 24 horas por medio del Acuerdo 706 de 2018, que tiene como objetivo fomentar el desarrollo socioeconómico de la ciudad.
El plan para que el proyecto se materialice se basaba en realizar un estudio para “determinar los actores, actividades, áreas de oportunidad y zonas de la ciudad para la implementación de esa estrategia”. Además, se explica, el Distrito promovería actividades que se desarrollaran en la noche, denominaría una gerencia nocturna y utilizaría herramientas tecnológicas para la prestación de servicios durante la noche.
Si bien es cierto que Bogotá puede soportar más movimiento durante más tiempo en las noches, ¿por qué la estrategia todavía no ha sido efectiva? Para el director de Bogotá Cómo Vamos, Felipe Mariño, es muy diferente que se amplíen horarios en comercios como centros comerciales y que la movilidad tenga algunas alternativas nocturnas para llegar a la meta, puesto que estas actividades no son suficientes para generar el mismo tráfico del día.
Una muestra es la concentración del producto interno bruto (PIB) nacional, ya que, según el documento del Observatorio de Desarrollo Económico ‘Bogotá productiva 24 horas’, para noviembre de 2023 se estimaba que solo el 3,3 % del PIB provenía de la economía nocturna.
La viabilidad económica también es uno de los factores cuestionados, debido a que la medida implica costos operativos, como más personal, seguridad y servicios. “Si la idea es tener locales abiertos 24 horas, ¿cuál es el costo de hacer esto y en cuánto deberían aumentarse las ventas para considerar que el programa es exitoso? La Alcaldía dice que hubo aumento en ventas del 7,25 por ciento. Esto puede ser una cifra desastrosa para el esfuerzo requerido. ¿Cuánto debería ser el objetivo en ventas para que sea exitoso? No hay ningún indicador”, señala Noriega.
A pesar de que no hay un indicador sobre la meta a la que Bogotá debería llegar, sí se establecen criterios de evaluación en el estudio del Observatorio de Desarrollo Económico, como el aumento de las ventas de establecimientos para 2023, en el que La Candelaria creció un 50,74 %; La Macarena, 71,86 %, y San Felipe, un 59 %.
La cultura es una barrera
Darío Hidalgo, profesor de Transporte y Logística en la Pontificia Universidad Javeriana, agrega que la falta de desarrollo de la medida se debe a nuestras costumbres y la forma en la que la sociedad colombiana está organizada, ya que se funciona y se actúa frente al día. “Es una barrera biológica que los humanos tenemos y, aunque nos podemos acostumbrar a cambios de horario, es una tradición difícil de modificar”, dice.
Esta cultura es uno de los factores que, según el experto, nos alejan de esta meta, ya materializada en ciudades de la región como Buenos Aires y São Paulo, las cuales pueden servir como espejo para Bogotá.
Como resultado de sus operaciones, São Paulo terminó 2024 con un PIB de 3,5 billones de reales (unos 3.000 billones de pesos), para un crecimiento del 3,4 % con respecto al año anterior, conforme lo expuso la Fundación del Sistema Estatal para el Análisis de Datos de Brasil.
Buenos Aires, según el informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina sobre el nivel de actividad de la ciudad en 2024, registró un PIB a precios constantes de 2004 de 702.181 millones de pesos argentinos (unos 10 billones de pesos colombianos). Por otro lado, el PIB en Bogotá llegó a 116,67 billones en precios corrientes.
Ómar Oróstegui, director del Laboratorio de Gobierno de la Universidad de La Sabana, manifiesta que la principal razón del fracaso de la iniciativa es la falta de compromiso político para desarrollar una política pública sólida que articule transporte, seguridad, cultura, comercio y servicios en horario nocturno.
El experto comparó el caso con ciudades europeas como Berlín, Londres o Madrid, que han logrado consolidar una cultura de vida las 24 horas mediante diferentes instrumentos de política pública para fomentar una economía nocturna.
La parte del Distrito
Entre las acciones que debe adelantar el Distrito, el transporte es un aspecto clave. Aunque la ciudad cuenta con algunas rutas del SITP en horarios nocturnos, el principal medio de movilización, TransMilenio, no opera las 24 horas. Por esta razón, el experto en movilidad dice que contar con un sistema de transporte público que funcione bien en términos logísticos, tenga amplia cobertura y sea seguro podría ser uno de los elementos fundamentales para lograr una Bogotá 24 horas.
Teniendo la seguridad en cuenta, Mario Noriega agrega que los peatones disponen de con paraderos de transporte público abiertos y distribuidos en corredores principales, lo que “hace que las calles sean menos transitadas e inseguras, y eso va a pasar con la carrera 7.ª, la avenida 68”. Agrega que la iluminación en las calles es un aspecto al que las autoridades deben ponerle el ojo, porque –afirma– Bogotá es una ciudad muy oscura.
Ómar Oróstegui, por su parte, dice que “necesitamos desarrollar políticas urbanas activas, inversión en infraestructura nocturna, transporte confiable, mejorar las políticas de seguridad y fortalecer una cultura ciudadana alrededor de la vida nocturna y el espacio público”.
Los expertos concluyen que, aunque es una buena idea hacer de la capital una ciudad más productiva las 24 horas, las autoridades deben ver que todas las acciones que se realicen en la Administración sean coherentes para llegar a ese fin.
TATIANA MORENO QUINTERO
REDACCIÓN BOGOTÁ