La profética declaración de la hermana de Jorge Bergoglio justo cuando se convirtió en el papa Francisco

 María Elena Bergoglio, la menor de los cinco hermanos y la única con vida, siempre tuvo un vínculo muy especial con Jorge, su hermano mayor, doce años más grande que ella. La última vez que lo vio fue cuando él partió hacia Roma para participar del cónclave que lo consagró como el papa Francisco en marzo de 2013. A pesar de la distancia, su relación se mantuvo profunda y afectuosa. En aquel entonces, dialogó con ‘¡HOLA! Argentina’ acerca de su célebre hermano. Actualmente, y con su salud desmejorada, está al cuidado de unas monjas.

En una vivienda de ladrillo a la vista con techo de tejas, situada en Ituzaingó, reside María Elena Bergoglio, la hermana del papa Francisco (fuente). Hace casi tres décadas que vive en el oeste del Gran Buenos Aires. Sus amigos y vecinos la llaman “Mariela”. Es ama de casa, está separada y, hasta hace poco, vivía una vida tranquila junto a sus dos hijos: Jorge, arquitecto, y José, quien trabaja en el comercio. Sin embargo, todo cambió el miércoles 13, cuando el cardenal Jean-Louis Tauran anunció el nombre del nuevo Pontífice.

“Fue cuestión de segundos. Apenas nombraron a mi hermano, el teléfono comenzó a sonar. Y así estuvo todo el día. Tampoco pude dormir mucho. Hoy quise tomarme una siesta para descansar un rato, pero enseguida llamaron a la puerta. Lo primero que pensé fue que las cosas ya no iban a ser como antes. Y me parece que no me equivoqué. Mi vida realmente cambió”, relata “Mariela” un día después de la histórica elección.

(De interés: ¿Robots policías en China? Ya los están probando y lucen sorprendentes).

“Es un revuelo muy grande, pero sé que con el transcurso de los días, poco a poco, voy a ir asimilando el hecho de que de repente tengo un hermano papa. Necesito conectarme con mis sentimientos, con toda esta revolución de emociones que me llenan de felicidad pero que todavía no me dejan dormir.”

“Entre los dos hay mucha diferencia de edad, doce años. Y si bien nunca jugamos juntos, él siempre fue un hermano muy compañero, muy presente más allá de las distancias y sus compromisos con la Iglesia. Hablamos una vez por semana, nos escribimos cartas y nos organizamos para compartir algún que otro almuerzo familiar donde hasta hace un tiempo él cocinaba. Porque le encanta hacer sus calamares rellenos o los risottos de hongos, que aprendió de una receta heredada de nuestra abuela italiana.”

(Lea aquí: ¿Vale la pena el parlante de $ 40.000 que vende Tiendas Ara?).

“Su gran corazón y la claridad que tiene para transmitir sus ideas. Esa es una cualidad que siempre admiré en Jorge: la simpleza con la que comparte su pensamiento. Mi hermano es una persona muy reflexiva que inevitablemente te obliga a pensar.”

“Conociéndolo, siento que va a llegar a producir cambios en la Iglesia. No solo porque es un hombre íntegro, de carácter firme y convicciones admirables, sino porque va a contar con el apoyo de todos nosotros a través de la oración. Desde que tengo memoria, lo escucho a Jorge pidiéndonos que recemos por él. Así hizo su camino.”

(Siga leyendo: ¿Comer sano con poco presupuesto? Así se ve un mercado de $ 100.000 en tiendas Ara: alcanza para 21 productos).

“Porque siento, tal vez me equivoque, que el rol del Papa es una tarea muy exigente, en la que todos los días se toman decisiones en soledad. Va a ser duro para él estar lejos de Buenos Aires. Va a ser difícil para todos. Hoy pensaba que, a pesar de las distancias, los dos seguimos el mismo camino pero desde lejos.”

“Nada. Creo que lo abrazaría fuerte y lloraría con él. En estas cuestiones, Jorge es tan sensible como yo.”

La Nación (Argentina) / GDA.